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Historias de radio, por Natasha Pons. Área de Artes Visuales del CCESantiago

Fecha

Del 14 al 21 de mayo de 2020.

Imagen de portada: Mario Pons Sierralta

Historias de radio

Durante estos meses de pandemia, de permanencia indefinida en casa, de reconocimiento y de largas horas deambulando intentando descubrir otros tiempos de orden, en ese transitar he recuperado una radio a pilas que se ha transformado en una fiel compañera. Nos desplazamos por mi casa, yo y mi radio, escuchando un variopinto conjunto de informaciones, conversaciones que intentan describir o señalarnos de múltiples maneras nuestras posibles conductas frente a la situación que estamos viviendo, la mayoría parafraseando a otros y entregando solo nociones descriptivas de una situación, como quien no describe más que un pequeño encuadre de una gran escena y, así y todo, la descripción queda corta. Quizás para ello necesitaríamos recurrir a un texto de Georges Perec al puro estilo de La Vida instrucciones de uso o, quizás, Casa tomada de Cortázar y, tal vez, recién ahí todo empiece a tomar más sentido.

Así, en vista de mi desilusionada escucha de estas conversaciones, me paseo por la ruta musical. Me impresiona la cantidad de canciones que me sé del ámbito popular, quizás porque durante mis años de infancia y adolescencia la radio se escuchaba de manera permanente en mi casa, y en ella sonaba desde un José Luis Perales hasta los clásicos de Bach. Mientras escucho, sin darme cuenta tarareo un par de ellas o casi todas, pero al igual que cada uno de nosotros —o eso creo—, sigo mi búsqueda de voces con las cuales sentirme representada. Entre ellas recuerdo un programa de radio que realizó en la Radio Inventada del CCE mi querida Bea Lorenzo, que de solo mencionarla traigo a mi mente y al mismo tiempo a este escrito las variadas conversaciones sostenidas durante un par de años, menos de los que me habría gustado; pero, gracias a ello mantenemos diálogos indefinidos en el tiempo y cada conversación es un verdadero festín. Ella es quien me nutre de maravillosos listados de libros, de artículos que descubre por ahí, de lo más curiosos, y de narraciones de realidades tan tremendas que preferiría que tan solo se tratara de una cita en alguno de los libros que me recomienda.

Como buen espíritu inquieto, Beatriz creó un maravilloso programa llamado Punto G, en el que, con su particular agudeza, transitó en conversaciones en torno a migraciones, género, radios comunitarias, territorio, con una selección de autores, o más bien conversadores, a quienes hizo cómplices para transitar juntos, de manera adelantada, por situaciones país que siguen con nosotros hasta el día de hoy; por lo tanto, es difícil pensar que todo lo que hoy vivimos nadie lo hubiera visto venir: la ironía de los buenos archivos es que permanecen ahí para recordarte el curso real de la historia.

Recordar a Bea y su programa Punto G, su lucidez y sentido del humor, tan presente en la selección musical que realizó para cada uno de los programas, es mi mejor forma de homenajearla en este espacio en el que me han convocado para realizar una recomendación.

En consecuencia, yo les recomiendo que la escuchen, porque en sus palabras no solo hay conocimiento y rigor profesional, sino una pasión profunda y una convicción de vida que admiro profundamente. Si he de recomendar algo a alguien en estos tiempos de pandemia, no podría hacerlo desde otro lugar que no esté vinculado a los afectos: ese es el lugar donde quiero estar junto a mi radio a pilas.

Disfruten de estas buenas conversaciones.
Gracias, Bea, por no permitirnos olvidar los frentes en los que debemos dar nuestras luchas.

 

Programas de PUNTO G en la Radio Inventada

 

 

Natasha Pons
Responsable de Artes Visuales del CCESantiago